La República de Olistanhia
Situado al noreste del viejo continente, Aberfaan, Olistanhia
es el país de la magia, allí donde viajan los humanos enfermos de éter. La
República de Olistanhia les otorga un lugar donde poder asentarse y seguir
ampliando sus conocimientos mágicos sin preocuparse del sesgo político que los
grandes reinos.
Olistanhia presenta un clima oceánico, temperaturas suaves
en las costas y más frías en el interior. El viento es siempre fuerte, ruge. Los
olistanhos aprovechan los vientos huracanados para hacer funcionar sus rituales.
La época de lluvias torrenciales es para ellos una festividad. Salen a la calle,
se reúnen en las más altas torres y cantan conjuros a la lumbre de los
relámpagos. Durante la época seca, que solo dura un mes en esta zona, los olistanhos
más jóvenes viajan al oeste, siguiendo la tormenta.
No solo viven humanos afines a la magia en el país, aunque sí en su mayoría. Enanos, especialmente artífices (maestros del Arcano) y comerciantes, medianos y algún que otro semielfo se han asentado a Olistanhia por diferentes motivos.
Mapa esquemático de La República de Olistanhia |
Política
Lo cierto es que Olistanhia no es una República, sino una
Oligarquía. El Congreso y los altos hechiceros, los más sabios del país, son
los que toman las decisiones. Mueven sus hilos de forma que el ciudadano crea
que es el caprichoso éter quien mantiene el país.
El Congreso lo forman cinco hechiceros, representando en
ellos los cinco movimientos de la magia: Creación, Destrucción , Sanación, Transmutación y Corrupción.
Existe una rivalidad entre los altos hechiceros por entrar a formar parte del Congreso.
Vencatanis, La Ciudad de las Nubes
Vencatanis es la capital de la república y es donde residen el mayor número de hechiceros. Está situada sobre El Bosque de Coricia, literalmente. La ciudad se suspende en el aire a través de un entramado de hechizos y conjuros. Unas rocas flotantes envueltas en nubes sostienen la ciudad. Una ciudad alta, de torres de rascacielos con decenas de pisos.
La ciudad de Vencatanis vista desde la tierra |
El estilo de arquitectura de la ciudad es difuso. Los hechizos no entienden mucho de arquitectura, así que la ciudad crece al libre albedrío, sin ningún orden ni sustento. Es común ver a edificios enteros cambiar de un día para otro, pasar de un estilo gótico a uno más naturalista. Lo que antes era una cúpula ovalada, se ha convertido en el pico de un torreón. El salón está en el lugar del dormitorio principal y donde estaba el salón ahora se encuentra una biblioteca tres veces más grande que el mismo salón; los extraños se preguntan cómo una habitación tan grande cabe en el espacio que su antecesora, la respuesta se encuentra en la magia. Escaleras, habitaciones y pasillos intercambian posición constantemente.
A los edificios de Vencatanis no se les realiza ningún tipo
de mantenimiento ni limpieza. La magia, la gran concentración de éter que
existe en la ciudad, es la que mantiene a los edificios impolutos. La ilusión
se rompe una vez el edificio es abandonado. Se descubre un mármol picado y una
madera carcomida por los gusanos. Las tazas de té contenían aguas estancadas y la
chimenea era un nido de ratas.
Las máquinas voladoras son frecuentes en la ciudad Vencatanis. Globos aerostáticos, planeadores y hélices sobrevuelan los altos edificios. Estos ingenios no son creados por ni para los hechiceros, sino por las demás razas que habitan en Olistanhia.
Ilustración edificio de Vencatanis |
Coricia
Siguiendo en el orden de importancia, la segunda ciudad de Olistanhia
recibe el nombre de Coricia. Hace límite con el bosque del mismo nombre. Se trata
de una ciudad con un pie en la tierra y otro en el mar. El puerto de Coricia acoge
a un centenar de extranjeros al mes. Es el punto central del comercio de Olistanhia
y también su ingenio, pues es aquí donde se construye las máquinas de vapor.
El nombre de Coricia es más antiguo que el propio país. Viene de Corithiane, Corona de Espinas, una elfa cruel y sádica que reinaba en el Bosque de Coricia años atrás, cuando los elfos ocupaban el continente. Los humanos rescataron el nombre de los libros de historia y lo adaptaron a su pronunciación.
El Bosque de Coricia
Una selva verde situada que ocupa casi todo el país. Los hechiceros extraen la mayoría de sus recursos de este bosque: madera, plantas e ingredientes para sus rituales.
Se cree que en los confines del Bosque de Coricia, allí donde
los brujos no se atreven a entrar, se encuentra una pequeña guarnición de elfos,
los vestigios del reinado de Corithiane, Corona de Espinas. Estos rumores no
surgen de la nada. Los brujos, por poderosos que sean sus hechizos de
adivinación, no han sabido determinar el lugar del nacimiento del río Jácur. Grupos
de exploradores han desaparecido sin dejar rastro. Asesinados, piensan los olistanhios,
por unas artes mágicas contrarias.
El río Jácur desemboca en la playa de la ciudad de Viraveiras. Sus aguas tienen la fama de ser la más sucias de todo el continente, están contaminadas con los residuos que produce Vencatanis.
Viraveiras y Virameilas
Dos ciudades hermanas, también llamadas ciudades espejo por
su parecido entre ellas. Los edificios de Viraveiras son idénticos a los de
Virameilas, pero dados la vuelta, como un espejo. El lavabo en el hostal de Virameilas
se encuentra al final de pasillo, a la derecha. En Viraveiras, a la izquierda.
Lo mismo ocurre con sus gentes, una es el espejo de la otra.
En las ciudades hermanas habitan los hechiceros menores, comerciantes, granjeros y artesanos. También encontramos humanos ordinarios, a éstos humano se les ha incapacitado mágicamente y sirven como a veces ayudantes y a veces divertimento de los hechiceros.
Nascartur
Una torre gigante de un tono gris pizarra situada al norte del
país, en las montañas. Fue fabricada con materiales que no existen, obrados por
la magia. Nascartur sirve como catalizador, permite a los brujos recoger
grandes cantidades de éter del otro lado del país, sin importar cuán lejos esté
la fuente. Los hechiceros se reúnen en lo alto de la torre días señalados.
Realizan rituales prohibidos y proyectan el éter que recogen por todo el país.
Ilustración de La Torre de Náscatur |
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